FELICIDAD Y TRISTEZA EN ORCA
- Alejandro Lainez
- 21 sept 2014
- 1 Min. de lectura
Este sábado pasé una experiencia muy conmovedora y triste a la vez en ORCA, me quede toda la tarde a cargo de la base porque Carlos y Connie se habían ido a la oficina de la policía ecológica a recoger un lobo. Como a las cuatro de la tarde los de la Universidad del Pacifico llegaron con dos lobos, uno de ellos estaba con la aleta trasera izquierda lesionada y el otro al parecer envenenado. El que estaba envenenado estaba convulsionando y botaba espuma por la boca. Yo estaba a cargo ahí y no sabía qué hacer. Era la primera vez que tenía un caso así entonces por el celular con Elena y la ayuda de los voluntarios le inyecté varios medicamentos para intentar estabilizarlo. El lobo al parecer mejoró ya que la temperatura le subió. Un rato después yo me tuve que ir así que dejé al lobo tapado con botellas con agua caliente para que no le baje la temperatura de nuevo. Cuando llegué a mi casa me comuniqué con Carlos y me dijo que el lobo había fallecido; lo que tenía era terminal. Yo ya estaba preparado para lo peor pero igual fue algo muy triste para mí.
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